PASTORAL
28 de mayo de 2023: Pentecostés
Pentecostés fue, sin duda, un milagro del habla. Las “lenguas de fuego” que describe Lucas se posaron sobre los discípulos, y estos comenzaron a hablar otras lenguas. Pero, en cierta forma, fue también un milagro de oído. Los judíos y prosélitos presentes en Jerusalén oyeron a los discípulos cada uno en su lengua. El don del Espíritu Santo no solo capacita a los seguidores de Jesús para hacerse entender por otros. También creemos que puede estar actuando ya en aquel que recibe el mensaje. Pentecostés es, pues, recreación de lenguas y de oídos. No hay nada que no pueda ser atravesado por el misterio pascual.
Cuando hablamos de transmisión de la fe, no se trata de una mera adaptación del lenguaje, de una traducción, sino de palabras que ayuden a la persona a entender algo que ya le puede estar pasando por dentro. Pero, si Jesús está ya haciendo camino en el otro, eso quiere decir que este también puede enseñarnos algo, o recordárnoslo. El anuncio, de alguna manera, es siempre un diálogo. Los discípulos que salieron de casa y comenzaron a evangelizar, también iban a aprender mucho.
Fuente y más: Espiritualidad Ignaciana