PASTORAL
Bautismo del Señor
Con la fiesta del Bautismo de Jesús finaliza el Tiempo de Navidad. El evangelio de San Mateo, nos indica que Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él. Juan se resistía, diciéndole: «Soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!». Pero Jesús le respondió: «Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo». Y Juan se lo permitió.
Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia Él. Y se oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección». (Mt 3,13-17)
El texto del Evangelio comienza con una nota geográfica: Jesús va de Galilea al Jordán para hacerse bautizar por Juan el Bautista. En su camino, Jesús no se declara el Mesías, no predica, sino que se sitúa con la gente queriendo ser bautizado y mostrando su solidaridad con el pueblo pecador. Jesús no se aísla, sino que sale al encuentro de los hombres, aunque estén marcados por la herida del pecado; y se compromete por ellos, como se comprometió haciéndose hombre en el seno de María. Hay, pues, un plan en este “movimiento” de Jesús, en su “itinerario de salvación”.
Tomado de Vatican News