Comunidad unida en el Rosario de la Aurora

En la madrugada del 25 de abril, la Iglesia de la Compañía recibió a jóvenes de Segundo y Tercero de Bachillerato, padres de familia y colaboradores del plantel, quienes se reunieron para participar en el Rosario de la Aurora, procesión y misa que marcan el inicio de la novena jesuita en honor al prodigio de la Madre Dolorosa.

Para Camila, colaboradora del plantel y asistente por primera vez, fue conmovedor presenciar la profunda devoción con la que los fieles rezaban y caminaban. En especial, le impactó el amor de los padres y madres de familia, quienes, cuando la lluvia comenzó a caer, cubrieron a sus hijos e hijas con sus propios abrigos y paraguas, protegiéndolos sin privarlos de su compromiso en la procesión, sino acompañándolos.

Por su parte, Alan, estudiante, expresó sentirse parte de una comunidad que, más allá de sus diferencias y discrepancias, se une en la devoción a la Dolorosa. “Nos puso muchas pruebas: el frío, despertarnos temprano, caminar una cuesta empinada, la lluvia. Sin embargo, todo el tiempo estuvimos en oración, felices. Dejamos de ser estudiantes, padres o colaboradores, y todos fuimos, genuinamente, una comunidad”, afirmó.

Durante la Eucaristía, presidida por el P. Jorge Lasso, S.J., rector del plantel, se estableció un paralelismo entre los desafíos vividos en la jornada y la vida misma, con sus altas y bajas, pero siempre orientada hacia el cumplimiento de la misión que Dios encomienda a cada uno. Asimismo, el rector dirigió unas palabras a los jóvenes gabrielinos, recordándoles el mensaje que el Papa Francisco les compartió hace una década: “No se jubilen”.