Jueves Santo

Quien desee seguir a Jesús debe sentarse en su mesa y, con máximo recogimiento, ser espectador de todo lo que aconteció ‘en la noche en que iban a entregarlo’. el mismo Señor Jesús nos da un testimonio idóneo de la vocación al servicio del mundo y de la Iglesia que tenemos todos los fieles cuando decide lavarle los pies a sus discípulos.

el Evangelio de San Juan presenta a Jesús ‘sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía’ pero que, ante cada hombre, siente tal amor que, igual que hizo con sus discípulos, se arrodilla y le lava los pies, como gesto inquietante de una acogida incansable.

Fuente y más: Aciprensa